lunes, 5 de agosto de 2013

Querida Luz.

"Las agujas del reloj se toman su tiempo. Hoy deciden multiplicar cada segundo y hacer de mi espera, un momento eterno.
Estoy sentada en nuestro lugar, donde cruzamos nuestras miradas por primera vez. 
Las fantasías lúgubres que crea mi mente, y las esperanzas con mariposas de mi corazón, chocan a cada instante y me dan una dósis de electroshock.
Todavía no son las 5, estoy a tiempo de irme y poder evitar este momento, quizás vergonsozo, o quizás perfecto. 
No sé qué pensar, tampoco sé si mi cerebro se dignará a ponerse de acuerdo con mi boca y podré articular alguna palabra. 
¿Podré decir la verdad?, ¿Y si no es recíproco?, ¿Podré enfrentar la posibilidad de que terminen en la basura tantos años de amistad?.
Cada pensamiento me pone aún más nerviosa, cada pregunta me lleva a otra más detestable y terminan inundandome en una cataráta de lágrimas que mis ojos intentan contener. 
No, no puedo. Ya estoy llorando. 
Los recuerdos me invaden, no sólo los nuestros, sino que también los mios, los que jamás le he contado a nadie. 
Viene a mi mente aquella pequeña, con su vestidito azul con flores celestes, sus ojos color café y su sonrisa tierna. Se asoman con ella esos días de espera y sueños, y a su lado, la esperanza de que su Príncipe Azul llegue. ¿Será real lo que he leído en cuentos? 
Y hoy ésa pequeña ha crecido, y esta a escasos segundos de poner a prueba a los libros, ¿La Cenicienta habrá encontrado verdaderamente a su amado, el zapatito le habrá entrado?. ¿Julieta habrá muerto en vano, o su Romeo realmente la ha adorado?. 
Tengo miedo. Sí, éso tengo. 
Tengo miedo de que todo sea una mentira, y que simplemente todo haya sido obra de mi estúpido corazón. 
He estado soñando con este momento tanto tiempo. El momento en el que mi Príncipe me de el tan ansiado beso y yo despierte de un cuento, el momento en el que mi Noah me bese apasionadamente y dejé de ser una simple historia de amor. 
Tengo miedo de que no sea real, de que mi vida jamás pueda reflejar tanto amor y felicidad. 
Sinceramente no sé por qué sigo sentada acá, tampoco entiendo por qué lo cité, creo que me olvidé que esto no es un cuento, ni una película de amor, simplemente esto es la vida, y no siempre sucede lo que uno quiere.
Mientras pienso  me animo a mirar el reloj, y aún faltan dos minutos para las 5, el tiempo es muy tirano, y yo también lo soy conmigo. 
Por eso me paro y decido irme. 
Prefiero callar este amor, no quiero forzar la situación ni romper lo que construímos desde aquel 16 de marzo de 1989 hasta hoy. 
Quien lea esta carta debe estar preguntandose por qué decido confesarme y redactar mis sentimientos en este instante si mi intensión es dejar este momento en la oscuridad. 
En realidad no pretendo que alguien la lea, sólo quiero soltar lo que llevo dentro, gritarlo en silencio y dejar mi amor plasmado en estos garabatos, para recordar y saber que alguna vez fue real, que alguna vez amé y dolió. Pero dicen que así es el amor y es por éso que hoy yo elijo la amistad, aunque mi Amor por Èl me recorra cada célula y quede tatuado en cada rincón de mi cuerpo.
Luz.
30 de abril, 1990 "

Suena el timbre. 
Una carta, la abro. 
-La letra de Luz! Pero con el remitente de su madre.
-¡Qué raro.! Hace tantos años que no hablamos, ¿10?, ¿15?, me sorprende recibir algo de ella.
La miro detenidamente. 
-Que desgastado está el papel, con razón, es de 1990.
Sin más prisa, me decido a leerlo. 
Reposo mis ojos en cada letra, mientras mi boca se abre cada vez más por la gran sorpresa.
-Me ama, digo, me amó. O me seguirá amando?. Aquel día me había dicho que no pudo ir por su dolor de cabeza, todavía lo recuerdo como si fuera hoy, su voz suave al teléfono disculpandose, aunque un poco cortada. Ahora lo comprendo. 
Y al pie dice, 'Encontré esto en una bolsa con escritos viejos de mi querida Lucecita, creí que lo correcto era que lo sepas.'.
Realmente no sé que hacer, eramos tan chicos, ambos llenos de sueños, y ambos con el mismo amor,  pero ninguno se animó.
-¡Qué tonto fuí!. ¿Qué será de su vida hoy?.
Los dos dejamos pasar el momento, nos inundamos de codicia y separamos nuestros senderos, pero la vida me ha dado la derecha, si esto llegó a mi es porque estoy a tiempo de empezar lo que debimos haber empezado, estoy a tiempo de poder adorarla como Romeo a Julieta, y besarla como Noah a Allie. 
Por éso decido no dejar que el tiempo siga siendo tirano, y me siento en mi escritorio. 
Agarro una la picera y un papel, y con la esperanza de que no sea tarde dejo que mis sentimientos y pensamientos abasallen la hoja y empiezo a escribir nuestra historia de amor diciendole, 
'Querida Luz....'.

No hay comentarios: