domingo, 7 de octubre de 2012

Maldito Segundo.

Fue un segundo. Todo fue por culpa de un segundo. 
Aquel segundo en que Ella lo miró a los ojos y se dio cuenta de lo que sucedía en su corazón. 
Aquel segundo en que tomó su mano, la acarició suavemente y un cosquilleo se apoderó de su cuerpo.
Fue un segundo, ese segundo en que Ella le sonrió distinto, y empezaron a escribir esta historia de amor. 
Hubieron risas y llantos, promesas y cambios. 
Hubo fuego, hubo hielo, pasión y desesperación.
El tiempo pasó y los segundos se acumularon.
Maldijo el momento en que decidió que sus miradas se hagan una, el instante en que quiso que sea un solo camino. Hoy en día se da cuenta que no era su destino. 
Así como un segundo le iluminó la vida, otro segundo se la oscureció. 
Parece ayer cuando los vió. Estaban abrazados en la plaza de sus primeros encuentros, y Él la miraba con esos ojos que las mujeres queremos ver, ojos de enamorado, pero de otra mujer. 
Se acercó tímidamente, quiso gritar de rabia y despedazar cada recuerdo que había en su corazón. 
Quiso apagar el fuego de sus miradas, trató de quebrar la conexión que tenía con la ladrona de su amor. 
¿Por qué?, ¿Por qué jugar con el amor si no hay mayor placer que sentirlo y que sea verdadero?, ¿Por qué ilusionar aquellos corazones que van en busca de la felicidad?, ¿Por qué intentar justificar al mundo, si con la verdad todo sería mejor?, ¿Por qué intentar que una estrella sea el Sol?. 
Y más preguntas repiqueteaban en su mente. Una y otra vez. 
Hasta que lo entendió. 
Aquel segundo, la historia no se escribió de a dos, sólo fue un cuento que la ilusión creó. 
Sólo fue una leyenda que necesitaba su corazón. 
Nadie sabe que pasó, sólo Él, el muchacho de aquella mirada dulce y palabras sabor a miel, que jugó un rato con aquel frágil e iluso corazón.~